Cómo incide el estrés en nuestro cerebro

Natalia Arias
Todos y todas hemos sufrido estrés en algún momento de nuestra vida, no solo como estudiantes, si no también como trabajadores o incluso en otro tipo de contextos de ocio y tiempo libre. No obstante, aunque ya intuimos que el estrés tiene un efecto negativo en la memoria y el aprendizaje, en este nuevo artículo vamos a analizar estas consecuencias en profundidad.
Cuando hablamos de estrés, nos referimos a una respuesta ante hechos o eventos que exigen un gran esfuerzo de nosotros/as en un momento determinado. Realmente, sentir estrés es algo normal pero tampoco debemos normalizar esa respuesta, sobre todo en las personas más jóvenes ya que afecta de forma significativa al aprendizaje y es en donde tiende a afectar progresivamente a la memoria.
Crear dentro del aula un ambiente estresante puede conllevar a grandes riesgos que afectan a diversas áreas, desde la cognitiva hasta la emocional afectando seriamente a la salud mental de la persona. Por lo tanto, es evidente que necesitamos reducir los disparadores que potencian la aparición del estrés en el alumnado. De hecho, se hizo un estudio para poder conocer dichas causas y se llegó a la conclusión de que una excesiva carga de trabajo, un cronograma de evaluaciones mal organizado, un tiempo de evaluación corto y métodos de evaluación duros son los principales factores que generan estrés.
Para muchas personas el estrés es algo temporal, que se ubica en un momento o etapa concreta y luego desaparece pero realmente el estrés prolongado en diferentes momentos tienen consecuencias realmente negativas para nuestro cerebro. Sufrir estrés afecta directamente a nuestra memoria y aprendizaje, porque cuando nos estresamos la amígdala bloquea la absorción de estímulos sensoriales, por lo que cuando estamos en este estado nos cuesta más resolver los problemas o las tareas pendientes que nos están generando este mal estar. De hecho, esto provoca esa falta de concentración que nos bloquea la adquisición de nuevos conocimientos o aprendizajes. Además, se relaciona con el fracaso escolar ya que todo esto debilita el rendimiento académico causando en muchas personas serios problemas de autoestima. Mencionar que en el peor de los casos el estrés puede conllevar al estrés crónico, lo cual ya derivaría en un problema en nuestra salud mental que requeriría de un/a psicólogo/a.
Cabe destacar, que este artículo está centrado en el contexto educativo y con el punto de mira en el alumnado, pero los/as profesionales que trabajan en este ámbito también son susceptibles de sufrir estrés, en definitiva, todos y todas nos hemos visto expuestos a situaciones estresantes y hemos tenido que lidiar con ello.
Por ello, se ha recopilado algún que otro consejo que dan los/as profesionales de la psicología para no someter a nuestro cerebro y cuerpo a excesivos episodios de estrés. El consejo principal en el que se hace gran hincapié es no intentar realizar múltiples tareas, ya que aunque en esos momentos creemos que somos capaces, realmente estamos dañando a nuestro cerebro ya que le estamos pidiendo un trabajo cognitivo muy duro para el cual se necesitan grandes recursos mentales. Por otra parte, debemos tomar una pausa aunque en esos momentos pensemos que es algo contraproducente porque se nos seguirá acumulando el trabajo, pero lo cierto es que lo que nuestro cerebro necesita es un descanso para poder reiniciarse. Algunos profesionales nos dicen que pensemos en nuestro cerebro como una bola de nieve de cristal que ha sido sacudida y estás tratando de mantener quieta para que los copos de nieve dejen de revolotear. Por último no debemos olvidar el ejercicio físico que ya está más que demostrado que incide muy positivamente en nuestro músculo más importante: el cerebro.