La Pedagogía Social
Por Natalia Arias García

En este artículo vamos a seguir el camino que empezamos la semana pasada, pero en este día quiero dar a conocer el ámbito de la Pedagogía Social.
Como ya se mencionó en artículos anteriores, la Pedagogía abarca un mundo realmente grande, con muchas áreas de trabajo que para algunos/as pueden ser desconocidas. Ya se ha dado visibilidad al ámbito penitenciario y educativo, pero ahora vamos a adentrarnos en la parte social.
La Pedagogía Social es la disciplina que tiene como objetivo principal prevenir e intervenir en problemas sociales, así como asistir a las personas que están en riesgo social y reinsertarlas debido a estar viviendo situaciones de exclusión. Esta disciplina, como su propio nombre indica, tiene su base en la Educación Social y es aquí dónde vamos a poner la mirada, ya que los/as pedagogos/as tienen grandes problemas para trabajar en está área.
Pues bien, a menudo nuestra práctica laboral en este área se encuentra en segundo plano o incluso en tercero, ya que se confunden nuestras funciones con las del educador/a social. Por ello, me gustaría aprovechar esta oportunidad para reivindicar y diferenciar las funciones y objetivos que tenemos ambos profesionales.
Las funciones principales del pedagogo/a social son:
Fomentar y desarrollar las competencias sociales de las personas.
Desarrollar la autonomía personal mediante programas de intervención.
Diseñar acciones, actividades y planes de intervención.
Educar en valores.
Ahora que tenemos en mente las principales funciones, vamos a comentar cual es el objetivo de la Educación Social. Los/as educadores/as sociales proporcionan a las personas que están en riesgo social, los medios y las herramientas para resolver la problemática y cambiar las circunstancias.
Como podemos observar, las funciones tienen puntos en común pero al fin y al cabo son diferentes. Parten de la base de querer ayudar pero intervienen en aspectos diferentes, por lo que no debería existir la competición, si no que debería haber coordinación.
Tanto por experiencia personal, como por la experiencia de otros/as compañeros/as de profesión, se puede decir que es realmente complicado trabajar en este ámbito. Una vez más, quedamos relegados a un segundo plano y se pone en duda nuestra cualificación para desarrollar estas funciones. Por ello me he decidido a escribir este artículo en el día de hoy, porque me gustaría que tuviésemos más visibilidad y que nuestro trabajo estuviera bien reconocido, pero sobre todo que no se los delegue solo al mundo de la educación formal.